GRANADA, 12 Feb.
Un jurado habitual enjuicia desde este lunes en la Audiencia de Granada a la mujer que confesó haber matado de múltiples puñaladas en el mes de abril de 2021 a su pareja sentimental, de 18 años, en la vivienda que compartían en Motril (Granada) a causa de una discusión, hechos por los que se encara a una solicitud fiscal de 17 años y medio de prisión por un delito de asesinato con la agravante de vínculo.
La familia de la víctima, que ejercita la acusación especial, sostiene que el delito se causó a causa de que la joven transmitiese a la acusada, de unos 36 años, su deseo de terminar a la relación y hacen hincapié en la particular puerta de inseguridad de la víctima, pidiendo que su asesina confesa sea sentenciada a prisión persistente revisable.
Al lado de ella se va a sentar en el banquillo de los acusados la persona que en teoría le asistió a encubrir el delito, el que se encara a una solicitud fiscal de 15 meses de prisión. El fiscal aboga por que se le coloque la eximente incompleta de perturbación psíquica ya que sufre un retardo mental con un nivel de discapacidad del 54 por ciento que afectó a sus facultades en relación a los hechos, según consta en el escrito de acusación provisional del Ministerio Público, al que tuvo ingreso Europa Press.
La acusada, de 36 años, y la víctima, de 18, eran pareja y radicaban juntas en una casa de alquiler en Motril en el momento en que se generaron los hechos, cerca del mediodía del 13 de abril de 2021, en el momento en que las dos estaban en el comedor y han comenzado a debatir. La presunta asesina cogió un cuchillo y empezó a asestarle "multitud de puñaladas" en distintas unas partes del cuerpo. El fiscal mantiene que a lo largo de la agresión aumentó "inhumanamente y de manera deliberada" el padecimiento de la joven, "ocasionándole males insignificantes para el objetivo que se había propuesto".
La víctima procuró protegerse de la agresión y llegó a soliciar auxiliando a su casero, que vivía en la vivienda anexa. En ese momento, la acusada le "dio una patada en la cara, la arrojó al suelo y, mientras que con una mano le tapaba la boca para eludir que solicitara asistencia, le continuó dando varias puñaladas por distintas unas partes del cuerpo" hasta provocarle la desaparición.
Más tarde, tras tapar el cuerpo de la víctima, la acusada se duchó, se cambió de ropa y empezó a adecentar de sangre el sitio del delito con agua y lejía para ahora meter en bolsas de plástico tanto su ropa como las que había empapado en sangre a lo largo de la limpieza. Ya sobre las cinco de la tarde, se desplazó al puerto de Motril en pos de un amigo al que le contó lo sucedido y al que entonces mostraría en la vivienda el cuerpo sin vida de su pareja.
Le explicó que su intención era sepultarla y le solicitó asistencia. Tiraron en contenedores las bolsas con las ropas de la víctima, entre otros muchos bartulos vinculados al delito, y trataron después de hallar sin éxito un espacio donde esconder el cuerpo. En ese intervalo de tiempo la acusada se realizó pasar por la víctima y utilizando su móvil inteligente contactó con un compañero de trabajo y su jefe para intentar disculpar su sepa a su puesto.
Por último, tras no poder esconder el cadáver, la mujer decidió entregarse a la Policía y admitir los hechos al día después. La Fiscalía pide que se le coloque la atenuante de confesión y que, aparte de la pena de prisión, sea sentenciada a diez años de independencia observada en los que no va a poder residir en el sitio donde los hagan los familiares de la víctima ni estar comunicado ni arrimarse a ellos a menos de 500 metros.
La familia de la joven influye por su lado en la particular puerta de inseguridad de la víctima, ya que la acusada "prácticamente le doblaba la edad" y a lo largo del tiempo que duró la relación presuntamente le dispensó "un trato vejatorio y violento". El juicio está fijado del 13 al 15 de febrero en la Sección Primera de la Audiencia y va a arrancar con la declaración de los acusados una vez se forme el jurado.