SEVILLA, 30 de marzo. La seguridad en el esperado derbi entre el Betis y el Sevilla se reforzará con la participación de casi 400 agentes de la Policía Nacional este domingo, a partir de las 21:00 horas, en el estadio Benito Villamarín. Además, el Real Betis Balompié ha dispuesto su propio equipo de seguridad compuesto por 271 vigilantes, 16 mandos intermedios y 163 auxiliares, lo que eleva la cifra total de personal al operativo a 450, incluyendo la colaboración de cuatro perros de seguridad.

Desde el prisma de la atención sanitaria, el evento estará respaldado por un equipo médico que incluye cuatro ambulancias, seis médicos, 19 técnicos en emergencias y cinco enfermeros titulados, garantizando así una respuesta rápida ante cualquier eventualidad.

El operativo, que comenzó su fase preparatoria un día antes del encuentro, moviliza efectivos de la unidad de Atención al Ciudadano y de Prevención y Reacción de la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana, quienes estarán atentos en los barrios de Nervión y Sur. Asimismo, miembros de la Brigada Provincial de Información estarán vigilantes ante la posible presencia de grupos de hinchas considerados de riesgo de ambos clubes.

A las 18:00 horas de este domingo, se dará inicio a la fase crítica del operativo, donde la IV Unidad de Intervención Policial ofrecerá protección en las inmediaciones del estadio, en coordinación con la Unidad de Caballería, que se encargará de las concentraciones de aficionados. Esta acción incluye la seguridad en los hoteles donde se alojan los equipos y el trío arbitral, asegurando su protección durante su traslado al Villamarín.

La Policía también ofrecerá acompañamiento a los seguidores del Sevilla FC en su camino hacia el estadio. Al inicio del partido, la UIP gestionará las medidas de control, tanto en el interior como en el exterior del recinto, asistidos por la Unidad de Caballería y supervisando el acceso de los aficionados al estadio verdiblanco.

Al concluir el partido, miembros de la UIP se encargarán de verificar el perímetro del campo hasta que todos los espectadores hayan salido del recinto, además de garantizar la protección de los jugadores y el equipo arbitral. Para evitar cualquier conato de disturbio, la Unidad de Prevención y Reacción permanecerá en la zona tras el encuentro.

El Ayuntamiento de Sevilla ha implementado un dispositivo especial de limpieza, movilidad y seguridad para la ocasión. Tussam, el servicio de transporte público, ofrecerá 24 autobuses adicionales que operarán en las líneas 1, 2, 3, 6, así como un servicio lanzadera entre el estadio y Sevilla Este, asegurando un flujo eficiente de aficionados tras el partido.

Tras el asunto del transporte, también se ha dispuesto que la lanzadera realice paradas exclusivas para la bajada de pasajeros, facilitando así el regreso de los aficionados. Esta lanzadera hará paradas en puntos estratégicos, favoreciendo el transbordo con el Metro y otras líneas de autobuses interurbanos en lugares como el Prado y San Bernardo.

En cuanto a la Policía Local, su despliegue comenzará a las 11:00 horas en el área del Ramón Sánchez Pizjuán, centrado en el control de la afluencia de personas. Esto se coordina con la Policía Nacional, que supervisará la recogida de entradas y el traslado seguro de los aficionados al Villamarín. Además, se contará con un equipo de motoristas para gestionar el tráfico.

Un segundo dispositivo también se activará en los alrededores del estadio verdiblanco, enfocándose en el control de venta ambulante y el monitoreo de los establecimientos públicos. Esta vigilancia se intensificará debido a la calificación del encuentro como de alto riesgo, afectando áreas hasta la llegada de los autobuses de ambos equipos.

Las medidas de tráfico se aplicarán desde tres horas antes del inicio del partido, permitiendo sólo la entrada de vehículos autorizados al estadio hasta una hora antes del evento, de acuerdo con las condiciones del entorno.

Finalmente, Lipasam ha desarrollado un plan de limpieza que incluirá un despliegue de 45 operarios y 22 vehículos que atenderán las necesidades del estadio en tres momentos: antes, durante y después del partido, asegurando así el óptimo estado del entorno para todos los asistentes.