Un grave incidente ocurrido en Gibraleón, Huelva, ha llevado a un hombre a aceptar una condena de 18 años de prisión tras atropellar a varias personas en dos terrazas el 9 de octubre de 2022. Durante el trágico evento, un hombre de 32 años perdió la vida y otras ocho personas resultaron heridas. Además de la pena privativa de libertad, el tribunal ha impuesto una orden de alejamiento de 20 años, prohibiendo al acusado acercarse al municipio y a las víctimas en un radio de 200 metros.

El acuerdo de conformidad llegó antes del juicio que se había programado para el lunes en la Audiencia Provincial de Huelva, donde el Ministerio Público había solicitado una pena de hasta 35 años, mientras que la acusación particular, que representa a la familia del fallecido, había exigido hasta 150 años de cárcel, desglosando distintas penas por los delitos cometidos, incluyendo asesinato y tentativas de asesinato.

El abogado de la acusación particular, José Luis Orta, celebró el acuerdo alcanzado, indicando que la pena de 18 años es significativa, aunque reconoció que la posición de la acusación había sido firme desde el principio y no se aceptaron rebajas de pena durante las negociaciones. Destacó que el juez impuso condiciones severas que garantizan que el acusado no podrá acercarse a las víctimas ni al pueblo durante las próximas dos décadas.

En cuanto a las atenuantes, se mencionó que el acusado mostraba síntomas de trastorno psicológico y que su conducta estaba fuertemente influenciada por el consumo de drogas. Según Orta, el acusado había comenzado un tratamiento de deshabituación a las drogas desde su ingreso en prisión y su comportamiento ha mejorado desde entonces, sugiriendo que su violencia estaba relacionada con el consumo de cocaína y alcohol en el momento de los hechos.

El abogado subrayó que, aunque el acusado reconoce los hechos y las atenuantes, no ha expresado arrepentimiento, manteniendo que no estaba bien durante el incidente. Este comportamiento es un punto de crítica, ya que puede ser interpretado como una falta de responsabilidad ante sus acciones.

Al aceptar el acuerdo, el acusado no podrá ser ingresado en un centro psiquiátrico; deberá cumplir su pena en prisión. A la espera de juicio, había estado tres años y dos meses en prisión preventiva, un tiempo que se le descontará de su condena. La investigación del caso se cerró a finales de 2024, tras un largo proceso legal.

Los hechos se desarrollaron a las 14:30 del 9 de octubre de 2022, cuando el acusado, al avistar unas terrazas llenas de clientes despreocupados, decidió embestir su vehículo contra ellos mientras gritaba amenazas de muerte. Según registros judiciales, su ataque fue brutal e inesperado, lo que dejó a las víctimas sin ninguna oportunidad de escapar.

Se detalla que su primer impacto fue contra una mesa ocupada por tres personas, y continuó su ataque arremetiendo contra otra mesa con cuatro clientes más. Luego, el acusado dio un giro en su vehículo y, en medio del caos, intentó atropellar a un hombre que intentaba detenerlo. Finalmente, condujo hacia otra terraza donde hizo lo mismo, resultando en múltiples heridos y una víctima fatal.

Análisis psiquiátricos posteriores al incidente sugieren que el acusado padecía un trastorno antisocial de la personalidad y estaba bajo la influencia de cocaína en el momento de su arresto. Aunque fue hospitalizado temporalmente en una unidad de salud mental, tras poco tiempo fue dado de alta, diagnosticado con psicosis paranoides relacionada con la dependencia de drogas.

La conducta violenta del acusado ha sido documentada en múltiples ocasiones, con antecedentes que incluyen once denuncias entre 2009 y 2021, lo que subraya su perfil de persona conflictiva y con inclinaciones peligrosas. Estos antecedentes han contribuido a una percepción pública negativa sobre su carácter y las intenciones que lo llevaron a cometer este atentado.