GRANADA, 25 Oct.
La Audiencia Provincial de Granada ha culpado a una lástima de 17 años y medio de prisión por un delito de asesinato al hombre de 78 años acusado de decapitar con un cuchillo de cocina a su mujer, María Concepción, de 73 años, en el primer mes del año de 2020 en la vivienda donde los dos radicaban en la ciudad de Caniles (Granada).
La sentencia, a la que tuvo ingreso Europa Press, se genera una vez que un jurado habitual lo declarase culpable de este delito a lo largo del juicio que se festejó a fines de septiembre en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial. Durante su declaración, el adulto mayor reconoció haber acabado con la vida de su mujer tras golpearla con un palo de madera pero mencionó que no recordaba nada de la agresión. "Lo que pasó, no lo sé; no recuerdo nada", aseguró.
El tribunal le ha culpado como creador de un delito de asesinato con las situaciones agravantes de vínculo y de género y la coyuntura atenuante de confesión, puesto que horas tras el delito confesó frente a la Guardia Civil. Concretamente, tras ofrecer muerte a su mujer salió de la vivienda en enorme estado de nerviosismo y solicitó a un vecino que lo trasladara hasta el Hospital de Baza. Allí, esperando de ser atendido, escribió en una pegatina identificativa las expresiones "asesinato, no crueldad", lo que logró dudar al médico que le atendió de la viable comisión de algún hecho delictivo, con lo que informó a la Guardia Civil favoreciendo su detención.
Aparte de la pena de prisión, el acusado va a deber cumplir diez años de independencia observada y también indemnizar en 300.000 euros al hijo que la víctima tenía de una relación previo y que ejercitó la acusación especial en la causa.
Víctima y atacante empezaron una relación sentimental en el momento en que los dos estaban en la treintena; poco después contrajeron matrimonio, conviviendo de manera ininterrumpida a lo largo de mucho más de 40 años. Tenían su residencia en la provincia de Barcelona, pero desde la prejubilación de él han comenzado a pasar temporadas en la ciudad de Caniles, de la que era perteneciente.
El tribunal considera demostrado que en los últimos meses anteriores a enero de 2020 la convivencia conyugal se había deteriorado hasta tal punto que María Concepción le había expresado su deseo de terminar al matrimonio, pero "el acusado, inútil de aguantar que su mujer cumpliese su intención, concibió la iniciativa de terminar con su historia como modo de probarse a sí mismo su superioridad sobre ella como varón y para denegar a su mujer la aptitud de tomar sus resoluciones".
De esta forma, el 22 de enero de 2020, sobre las 11,00 horas, cogió un palo de madera con el que se dirigió a la cocina donde esta María Concepción, se le aproximó por la espalda y le asestó múltiples golpes en la cabeza que la hicieron caerse al suelo en estado de semiinconsciencia y sin oportunidad de defenderse. Seguidamente, tomó un cuchillo de cocina y le logró múltiples cortes en el cuello ocasionándole la desaparición.
Tras la llamada que se realizó desde el hospital de Baza en el que el acusado era atendido, una patrulla de la Guardia Civil se dirigió al hogar y halló allí el cadáver de la mujer. Una vez en el cuartel de la Guardia Civil reconoció frente a los agentes de manera espontánea que "era él quien había matado a su mujer".