GRANADA, 18 Oct.
La Audiencia de Granada ha culpado a 27 años de prisión al hombre al que un jurado habitual ha proclamado culpable de matar, el 5 de febrero de 2021, a una muchacha de 29 años en la compañía donde trabajaba en el Polígono Juncaril de Albolote (Granada) asestándole distintos golpes y puñaladas por todo el cuerpo; un delito que fue grabado por las cámaras de vigilancia.
El acusado, de 36 años, fue juzgado a fines de septiembre en la Sección Primera de la Audiencia y se declaró culpable, si bien manifestó que en aquella época padecía alucinaciones y también ideas surrealistas enlazadas al demonio y justificó la despiadado agresión a la joven en que se encontraba "observando al demonio" en ella. De hecho, su defensa solicitó que se le aplicase la eximente completa por patología mental, aduciendo que el hombre sufre esquizofrenia, pero el jurado descartó esta hipótesis y no apreció ninguna situación atenuante.
En la sentencia, a la que tuvo ingreso Europa Press, se le condena tal como creador de los delitos de asesinato, hurto con crueldad, resistencia a agentes de la autoridad y 2 delitos leves de lesiones, por los que asimismo deberá indemnizar en un total de 215.000 euros a los progenitores y el hermano de la víctima, de nombre Ana Elena; y en algo mucho más de 700 euros a los agentes de la Guardia Civil a los que hirió a lo largo de su detención.
La Audiencia de Granada considera demostrado que en la mañana del día 5 de febrero de 2021 el acusado se dirigió desde su hogar en Albolote hasta las dependencias de la compañía de su padre, en el polígono Juncaril de Albolote, portando un cuchillo de cocina. Sabía que allí hallaría sola haciendo un trabajo a Ana Elena en las áreas de trabajo y, "guiado por un sentimiento de celos y íra" derivado del hecho de que ella era la persona en quien su padre confiaba la administración de la compañía en menoscabo de el, decidió "acabar con su historia".
En el camino, el acusado cogió un trozo de bordillo con apariencia de piedra y, una vez llegó a la oficina, se lo lanzó de forma fuerte a la cabeza a la joven, impactándole y ocasionándole una herida en la cabeza, tras lo que empezó a propinarle puñetazos y, a continuación, 2 puñaladas con enorme brutalidad.
Más tarde cogió una maceta y otros elementos con los que fue golpeándola en la cara y el cuerpo, alternándolo con otras tres puñaladas. Llegó aun a rociarla con el polvo químico de un extintor, todo ello para "acrecentar el mal" y males de la joven. Luego cogió unas llaves de la oficina que estaban encima de la mesa de trabajo de Ana Elena y su móvil --que no fué recuperado-- para eludir que solicitara auxilio, fundamento por el que asimismo cerró la persiana de la compañía en el momento en que salió lanzando a continuación el cuchillo a una piscina de lodo en la región exterior.
La Guardia Civil lo encontró aquella mañana en las inmediaciones de su residencia en Albolote y tras una persecución logró detenerlo, si bien fue precisa la intervención de seis agentes ya que se resistió activamente y golpeó a 2 de ellos. La mujer fallecería horas después en el hospital gracias a la agresión.