Dueño de gimnasio en Jaén enfrenta 21 años de prisión por agresiones sexuales a una menor durante 12 años.
En una desgarradora y preocupante situación, un empresario de 69 años que regenta un gimnasio se enfrenta a severas consecuencias legales, incluyendo una pena de hasta 21 años de prisión. Esto se debe a que ha sido acusado de agredir sexualmente de manera continuada a una joven a la que enseñaba karate durante un periodo de doce años.
Según el informe elaborado por el Ministerio Fiscal y difundido por Europa Press, los abusos se iniciaron en 2004, cuando la menor apenas tenía 8 años. Estos actos deplorables se prolongaron hasta que la joven, ya adulta, encontró el valor de denunciar las agresiones que sufría desde la infancia.
Resulta significativo señalar que la menor frecuentaba el gimnasio desde tan solo 4 años, lo que sugiere que la relación entre el acusado y la familia de la niña era de confianza y cercanía. De hecho, la Fiscalía ha mencionado que el acusado solía dirigirse a la menor con ternura, llamándola "mi preciosa". Al inicio de la relación, aprovechaba cualquier ejercicio para tocarla inapropiadamente, en presencia de otros compañeros, lo que muestra una falta total de respeto y consideración hacia la menor.
A medida que la relación se fue estrechando, la víctima comenzó a ver a su instructor de karate como un modelo a seguir, incluso llegando a idolatrarlo. Sin embargo, el acusado manipulaba a la niña, advirtiéndole que no revelara lo que ocurría, argumentando que "la gente no lo entendería" y que era un secreto que debía llevarse "a la tumba". Esta táctica de control y manipulación es un claro reflejo de la posición de poder que ejercía sobre ella.
El acusado, utilizando esa ventaja y las advertencias que imponía sobre la menor, fue escalando gradualmente sus abusos. Lo que al principio eran caricias superficiales entre los 8 y 9 años, se transformaron en masajes y finalmente en agresiones sexuales a partir de los 12 años.
Para llevar a cabo estos actos, el hombre aprovechaba la situación de aislamiento durante los entrenamientos del sábado, donde solo estaban él y la víctima, lo que facilitó su comportamiento depredador.
Las graves secuelas de esta situación han llevado a la joven a sufrir un trastorno mixto ansioso depresivo, así como trastorno de estrés postraumático diferido, resultando en la necesidad de asistencia psicológica desde octubre de 2016, cuando tenía 20 años.
El Ministerio Fiscal ha tipificado los comportamientos del acusado como un delito continuado de agresión sexual a menor de 16 años, además de otro delito continuado de agresión sexual. Por estos motivos, se solicita que se le imponga una pena total de 21 años de prisión, junto a 15 años de prohibición de comunicación y acercamiento a la víctima, así como 16 años de libertad vigilada tras cumplir la condena.
Adicionalmente, el Ministerio Público requiere que el acusado sea inhabilitado durante 30 años para desempeñar cualquier actividad que implique contacto con menores de edad, ya sea remunerada o no.
En términos de responsabilidad civil, se le reclama que indemnice a la víctima con un total de 39.600 euros, que desglosan los daños físicos en 5.100 euros, las secuelas en 4.500 euros, y los daños morales en 30.000 euros.
El juicio correspondiente a este grave caso está programado para celebrarse en la Audiencia de Jaén el próximo 25 de febrero. Cabe mencionar que un primer intento de realizár el juicio esta semana tuvo que ser suspendido debido a la indisposición de un perito que debía comparecer.
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