España, Portugal y Marruecos serán los anfitriones del Mundial 2030, con Sevilla y Málaga como sedes principales.
Con gran entusiasmo, se ha confirmado que España, Portugal y Marruecos serán los anfitriones del Mundial de Fútbol de 2030, coincidiendo con el centenario de la competición. Esta histórica decisión se produjo el miércoles durante una votación unánime en el Congreso Extraordinario de la FIFA, marcando un importante hito para el deporte en la península ibérica y el continente africano. Entre los 11 estadios seleccionados en España, destacan La Cartuja, en Sevilla, y La Rosaleda, en Málaga.
Los representantes de las tres naciones que han impulsado esta candidatura vivieron intensamente la aprobación de esta propuesta, especialmente en un evento celebrado en la Ciudad del Fútbol. Entre los asistentes se encontraban figuras relevantes como Pilar Alegría, actual ministra de Educación, FP y Deportes, y Vicente del Bosque, destacado presidente de la Comisión de Representación de la RFEF. Todos compartieron la alegría de este gran acontecimiento, el cual refleja el compromiso de las naciones asociadas.
La gestación de este ambicioso proyecto se remonta a más de tres años, tiempo durante el cual ha tenido diversas evoluciones. La candidatura fue originalmente promovida por España y Portugal, a la que se sumó Marruecos. En el camino, la inclusión de Ucrania y la participación de naciones sudamericanas como Argentina, Uruguay, Paraguay y Chile se realizaron sin éxito, lo que finalmente condujo a esta selección definitiva. Para conmemorar la primera edición del torneo, que tuvo lugar en 1930 en Uruguay, cada uno de los países anfitriones acogerá un partido que evoca su rica tradición futbolística.
En palabras de María Ángeles García Chaves, presidenta de la Comisión Gestora de la Real Federación FEF, esta candidatura representa la unión de tres grandes países con un patrimonio en común y una emocionante travesía por delante. Durante la presentación, destacó que este evento brindará a España la oportunidad de ser anfitriona de una Copa del Mundo de nuevo, tras haber organizado la de 1982, un indicador del deseo inquebrantable del país por sobresalir en el escenario futbolístico internacional.
La dirigente también dirigió un agradecimiento especial a su majestad el Rey Felipe VI, reconociendo el esfuerzo y la dedicación de quienes han trabajado arduamente en esta candidatura. En este sentido, reafirmó que el Mundial de 2030 será un punto de encuentro que conectará generaciones, facilitando que todas las comunidades del país experimenten la felicidad que trae consigo el fútbol.
Del lado marroquí, Fouzi Lekjaa, presidente de la Federación Nacional de Fútbol de Marruecos, expresó su agradecimiento por la confianza depositada en su país, Portugal y España. Subrayó la importancia del actual momento histórico, enfatizando que esta candidatura no solo revive el deporte, sino que también es una oportunidad para el desarrollo socioeconómico en la región. Además, su perspectiva se centró en que esta Copa del Mundo será significativa por su dimensión intercontinental, al celebrarse tanto en África como en Europa.
Fernando Gomes, presidente de la Federación Portuguesa, compartió su orgullo por haber enfrentado los desafíos de estos últimos años con determinación y dedicación. Destacó la riqueza multicultural que representará este evento y enfatizó la importancia de dejar un legado que trascienda el mero evento deportivo, impactando positivamente en las comunidades de los tres países anfitriones.
El presidente de la CONMEBOL, Alejandro Domínguez, también se unió a la conversación, aludiendo a la pasión que despierta el fútbol en América del Sur, asegurando que Uruguay, Argentina y Paraguay están preparados para ser parte de este proyecto que unen tres continentes en un solo evento futbolístico.
Este proyecto fue acogido con gran aceptación por la FIFA, que lo eligió como el único candidato para organizar la Copa del Mundo de 2030, y a medida que se afianza, se espera que se atenúe la inestabilidad que ha golpeado a la RFEF en el último año, especialmente con la inminente elección de un nuevo presidente. La candidatura ha recibido calificaciones muy altas de los evaluadores, destacándose con una puntuación de 4,2 sobre 5, lo que subraya la confianza en el potencial de España como anfitrión, especialmente a la luz de su historia con el Mundial de 1982 y su intento fallido en 2018.
Los estadios seleccionados para el evento son emblemáticos, incluyendo los modernos y remodelados como el Santiago Bernabéu y el Metropolitano en Madrid, además del icónico Camp Nou en Barcelona. La competencia por albergar la final será intensa, especialmente con el debate sobre la viabilidad de utilizar Mestalla en Valencia. El país norteafricano tendrá su debut como anfitrión del Mundial, convirtiéndose en el segundo de África en ser sede tras Sudáfrica en 2010, mientras que Portugal, que ha visto otras competiciones como la Eurocopa, incluye tres estadios en ciudades clave como Lisboa y Oporto.
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