La trágica noticia de la desaparición de Diego Giménez, un hombre de 84 años en Huércal-Overa (Almería), ha llegado a su desenlace final. Su cuerpo fue encontrado a varios kilómetros de su casa gracias a los ladridos de su leal perra Lola, quien lo acompañaba en su último paseo por la calle hace dos semanas.
Unos trabajadores que realizaban reparaciones en una tubería de una comunidad de regantes fueron los que descubrieron al animal y lo reconocieron, siguiendo sus ladridos hasta el lugar donde se encontraba el cuerpo de Diego, en una zona de difícil acceso entre Huércal La Vieja y el Castillo.
Los primeros indicios descartan cualquier signo de violencia en la muerte de Diego, sugiriendo que pudo haberse desorientado durante su caminata. El cadáver ha sido trasladado al Instituto de Medicina Legal para la autopsia, mientras que el Ayuntamiento de Huércal-Overa lamenta este trágico desenlace y envía sus condolencias a familiares y amigos de Diego.
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