Manifestación en Almería liderada por la madre de Gabriel Cruz contra la explotación de su tragedia.
En la jornada del 10 de mayo, Patricia Ramírez, madre del pequeño Gabriel Cruz, convocó una concentración en Almería bajo el lema 'Nuestros peces no están en venta'. Esta iniciativa tiene como objetivo rechazar las producciones audiovisuales que buscan lucrarse con la muerte de su hijo a manos de Ana Julia Quezada, generando una movilización social tras su desaparición en el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar.
La madre de Gabriel tiene previsto ofrecer una rueda de prensa en la sede de la Diputación Provincial de Almería detallando su oposición a la realización de proyectos televisivos relacionados con la tragedia de su hijo, considerando que la información sobre el caso ha sido suficiente.
En un comunicado difundido en redes sociales, Patricia Ramírez expresó su rechazo a cualquier oferta para documentales o series sobre la muerte de Gabriel, destacando que buscan preservar la intimidad y memoria de su hijo y no buscan protagonismo mediático.
La concentración se llevará a cabo en la 'Ballena de Gabriel' en la playa de las Almadrabillas de Almería, un lugar que se convirtió en un altar en homenaje al pequeño y que cuenta con una placa conmemorativa en su honor.
Patricia Ramírez ha solicitado apoyo popular para frenar proyectos que buscan beneficiarse de la tragedia de Gabriel, destacando que hay irregularidades y personas que buscan lucrarse con la muerte del niño, a pesar del dolor y el respeto que merece su memoria.
La madre de Gabriel Cruz ha pedido el respaldo de la sociedad para evitar injusticias hacia su familia y otras víctimas, apelando a la construcción de una sociedad más justa y ética.
En este sentido, Patricia Ramírez ha lanzado una campaña para promover una ley que prohíba el uso de la imagen de su hijo en medios digitales, redes sociales y sitios web con fines lucrativos, buscando proteger la dignidad de las víctimas y evitar el dolor innecesario.
La madre de Gabriel lamenta el sensacionalismo mediático y las malas prácticas relacionadas con su caso, apostando por un tratamiento adecuado de las noticias de sucesos que respete los derechos fundamentales y evite el morbo.
Patricia Ramírez insta a los medios a retirar contenido que manche la memoria de las víctimas y a reflexionar sobre la ética periodística, en memoria de su hijo y en agradecimiento al apoyo recibido durante estos difíciles años.
La madre de Gabriel rechaza la explotación de su historia y de otras víctimas vulnerables a cambio de supuesta ayuda, denunciando el impacto negativo de la mediatización en sus vidas y solicitando un trato respetuoso hacia quienes han sufrido tragedias similares.
En conclusión, Patricia Ramírez destaca la necesidad de erradicar prácticas que dañen a las víctimas de violencia y de respetar la memoria de quienes han padecido situaciones dolorosas, apelando a la decencia y profesionalidad de los medios de comunicación y de la sociedad en general.