SEVILLA, 30 de noviembre - La senadora del PSOE y expresidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, ha defendido el derecho a tener opiniones diversas dentro de su partido durante su llegada al Congreso Federal del PSOE este sábado. Según Díaz, es crucial que el partido permita la discrepancia "con lealtad" para realmente representar una variedad de perspectivas, afirmando que el PSOE ha sido históricamente el partido que mejor se asemeja a la realidad de España. Este evento llega tras una semana complicada para la formación, que requiere de una "reflexión muy seria" para que el partido pueda salir "fortalecido".
Al responder a los medios en su llegada al congreso, donde asiste como invitada tras no ser seleccionada como delegada, Díaz ha reconocido que era "impensable" que el partido atravesara por una situación tan adversa en los días previos al encuentro. Afirmó que cada día que pasó fue más difícil que el anterior, destacando la necesidad de que este cónclave sirva para renovar el ánimo de los miembros del partido.
En su opinión, es "inevitable" que el Congreso enfoque una discusión sobre la tumultuosa semana vivida, marcada por tensiones y dificultades, pues esto ha dejado una huella en todos los integrantes del PSOE. Díaz acentuó que deben abordarse también los efectos de la DANA en Valencia, subrayando que "todos hemos fallado" y que los políticos se han convertido en el "principal problema de los españoles".
Ante las críticas sobre una supuesta "bunkerización" de la dirección socialista, Díaz enfatizó que, cuando el secretario general del PSOE es también presidente del Gobierno, su liderazgo no puede cuestionarse. No obstante, recordó que la actual responsabilidad de la dirección debe ser "ser generosa" y transformar al partido en un espacio donde cada integrante se sienta a gusto y en el que se puedan expresar diferentes ideas sin miedo.
La senadora remarcó que el PSOE ha sido históricamente un partido de "banda ancha", donde se ha respetado la libertad de pensamiento. Díaz se identificó como una figura que ha defendido posturas, algunas de ellas fuera del consenso, pero siempre con lealtad hacia el partido, señalando que todos tienen derecho a expresar sus opiniones dentro de un marco de respeto y compromiso con la organización.
Sobre sus deseos de regresar a la primera línea política, la exsecretaria general del PSOE-A reconoció que está "chupando banquillo", pero se siente libre para manifestar sus opiniones. Aclaró que, de tener otros roles, su influencia podría ser mayor, pero a sus 50 años se mantiene optimista sobre las oportunidades futuras, reflexionando sobre las alternancias entre jugar y observar desde la banca en el ámbito político.
En relación a la ausencia del exlíder del PSM, Juan Lobato, en el Congreso Federal, Díaz expresó su cariño hacia él, describiéndolo como un "buen compañero", pero admitió que no comprende del todo su estrategia. Esto se da en el contexto de un escándalo que lo llevó a declarar ante el Tribunal Supremo, relacionado con una conversación con una asesora de Moncloa que podría implicar al Gobierno en un delito de revelación de secretos.
La expresidenta andaluza también se mostró desconcertada por la situación, sugiriendo que, si existían indicios de ilegalidad, lo correcto hubiera sido acudir a la justicia en lugar de buscar una validación notarial. Respecto a los mensajes de WhatsApp verificados, declaró que no le parecieron tan comprometedores y explicó que el "paso al lado" de Lobato se debía a la falta de apoyos, lo que a menudo conduce a la soledad en momentos de presión dentro de la política orgánica.
En conclusión, Díaz reflexionó sobre cómo en procesos internos muchas veces las personas llegan creyendo que cuentan con un amplio respaldo, solo para descubrir que se encuentran en una situación más solitaria de lo que imaginaron, lo que puede llevar a decisiones complicadas, como ocurrió con Lobato en sus últimos días al frente del PSM.
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