La Universidad pública Pablo de Olavide (UPO) de Sevilla ha presentado una propuesta formal a la Junta de Andalucía para convertir el Laboratorio de Neurociencia Funcional y el Servicio Central de Investigación en Neuroimagen en la Plataforma de Investigación en Biomarcadores del Plan Andaluz de Alzheimer.

La propuesta fue presentada por el rector de la UPO, Francisco Oliva, a Catalina García, consejera de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía, durante una visita a la UPO para conocer las capacidades de estas instalaciones. El objetivo de esta iniciativa es impulsar la investigación en detección temprana y prevención de la enfermedad de Alzheimer, que afecta a 21.000 sevillanos y más de 120.000 personas en Andalucía, según datos de la Junta correspondientes a 2022.

El Laboratorio cuenta con un escáner de resonancia magnética de tres Teslas y diversas técnicas avanzadas que permiten detectar cambios moleculares asociados a la enfermedad de Alzheimer en personas mayores asintomáticas a partir de fluidos biológicos como la sangre y la saliva. Según el profesor Cantero, director de estas instalaciones, el equipo ha confirmado la presencia de biomarcadores positivos en personas cada vez más jóvenes, lo que refuerza la necesidad de establecer programas de prevención y detección temprana de la enfermedad.

La plataforma de investigación propuesta por la UPO permitiría validar nuevos biomarcadores y evaluar su potencial diagnóstico antes de su utilización en hospitales. Este enfoque basado en biomarcadores permitiría anticiparse a los primeros síntomas del Alzheimer, facilitando la aplicación de terapias farmacológicas y no farmacológicas en la fase preclínica de la enfermedad, cuando el daño cerebral no es tan evidente y las pérdidas de memoria no han hecho aún acto de presencia.

El equipo de investigación de la UPO ha constatado que un porcentaje elevado de los participantes asintomáticos en sus estudios ya presenta biomarcadores positivos de Alzheimer. Además, existen factores de riesgo modificables, como una alimentación inadecuada, la vida sedentaria y la mala calidad del sueño, que podrían utilizarse para prevenir la enfermedad a medio y largo plazo. Cantero destaca que esto supone un cambio de paradigma en la manera de luchar contra el Alzheimer.