El reciente arresto de Candy ha generado un gran revuelo en la sociedad, levantando nuevamente el debatido tema de la violencia de género. Esta detención se produce luego de que no se presentara en prisión para cumplir con una condena dictada por el Juzgado de lo Penal número tres, que le impuso una pena de 15 meses por maltrato continuado.

SEVILLA, 7 de julio.

El caso de Candy ha captado la atención mediática, ya que aborda cuestiones complejas de identidad de género y violencia doméstica. La situación se tornó más complicada cuando el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número dos de Sevilla optó por remitir el caso a los juzgados de Instrucción, tras la alegación del acusado de haberse registrado como mujer. Fue la Policía Nacional la que finalmente llevó a cabo su captura, dado que existían múltiples órdenes de búsqueda en su contra, especialmente la que exigía su ingreso inmediato en prisión.

Fuentes cercanas al proceso judicial han confirmado que Candy fue detenida el pasado viernes y ya se encuentra en el centro penitenciario de Sevilla I, donde deberá cumplir con la declaración judicial que la condena a prisión. Este fallo, que tiene efecto desde septiembre de 2023, subraya la gravedad del delito que se le atribuye.

El abogado de la expareja de Candy, José Antonio Sires, ha declarado que además de la orden de ingreso en prisión, el acusado enfrenta hasta cinco requisitorias adicionales por no haber atendido diversos requerimientos judiciales previos. Sin embargo, se ha informado que estas restantes órdenes podrían ser desactivadas, permitiendo que el proceso judicial continúe desde esta nueva circunstancia legal.