GRANADA, 16 de enero.

Juana Rivas ha tomado la decisión de presentar una nueva denuncia contra su expareja, Francesco Arcuri, padre de sus dos hijos, en la que le acusa de presunta violencia de género. La denuncia se basa en el hecho de que Arcuri ha intentado ponerse en contacto con ella en múltiples ocasiones, con un total de 90 llamadas registradas en un periodo de 23 días, según lo detallado en el documento que ha sido consultado por Europa Press.

Los abogados de Rivas han emitido un comunicado en el que enmarcan estos acontecimientos dentro de un patrón de "violencia de género habitual" y lo que ellos describen como "violencia vicaria sistemática". Según estos, Arcuri pretende subyugar a Rivas y a sus hijos debido a su pleno conocimiento de la situación judicial actual, de la que se ha hecho eco la prensa y han sido informados sus propios representantes legales.

En la denuncia presentada ante el Juzgado de Violencia sobre la Mujer correspondiente, se solicita la emisión de una orden de protección que contemple "todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad y el bienestar" de Juana Rivas y sus hijos. También se pide la suspensión del régimen de guarda y custodia exclusiva que Arcuri mantiene sobre su hijo menor, en base a resoluciones previas de las autoridades judiciales italianas.

Además, los abogados de Rivas han solicitado una medida cautelar que impida a Arcuri acercarse a ellos o comunicarse, ya sea de forma directa o indirecta, mientras no exista una resolución definitiva en el caso.

En su denuncia, los letrados destacan que "aunque no existe una orden de prohibición de comunicación", la animosidad mutua es bien conocida, lo que ha llevado a Rivas a sentir un temor considerable, interviniendo incluso en su vida cotidiana, como dejar su hogar o no asistir a reuniones familiares durante las festividades navideñas.

Este supuesto "acoso telefónico", según los abogados, comenzó cuando Arcuri se encontraba en España, un viaje cuyo motivo desconocen. Se afirma que "no hay justificación alguna" para las numerosas llamadas, insistiendo en que la relación entre ambos es de total enemistad, marcada por múltiples denuncias y litigios en ambos países. Su defensa recalca que Arcuri es consciente de las nuevas denuncias por medio de la prensa y de su abogado en Italia, así como del riesgo que representa entregar al menor, Daniel Arcuri, a su padre.

Los representantes legales de Rivas aseguran que Arcuri era plenamente consciente de que su visita a España del 22 al 24 de diciembre de 2024, junto a ciertos mensajes intercambiados en otros procedimientos, habían despertado temores justificables en su expareja, además de haberse generado una evaluación Viogén que indicaba un alto riesgo.

Por último, los abogados afirman que las diversas denuncias presentadas tanto en España como en Italia revelan la intención de Arcuri de controlar y someter a todos los miembros de la familia, sobre todo a su expareja, buscando alterar su paz y modificar su vida diaria.