
El reconocido cantautor Joan Manuel Serrat ha sido galardonado este jueves con el XIV Premio Cortes de la Real Isla de León en San Fernando, Cádiz. Este homenaje se entrega en reconocimiento a su compromiso con la lucha por la libertad, la democracia y los valores fundamentales de la Constitución. En su emotivo discurso, Serrat ha subrayado la importancia de la democracia, advirtiendo que en los últimos tiempos, muchos parecen olvidar su esencia y que los representantes que elegimos no siempre toman decisiones que favorezcan la tolerancia necesaria para un buen funcionamiento del sistema democrático.
El artista también ha reflexionado sobre la evolución de la Constitución, que desde su primera versión en Cádiz ha tenido que adaptarse a los cambios a lo largo de los años. Asegura que hoy enfrentamos un reto significativo, donde la Constitución deberá hacer equilibrios para permanecer relevante en un mundo cada vez más globalizado y tecnológico.
“Nos enfrentamos a realidades nuevas que plantean preguntas difíciles sobre cómo preservar los principios constitucionales en un contexto tan cambiante”, comentó Serrat, quien hizo hincapié en que la sociedad necesita reactivar su capacidad de tolerancia, un ejercicio que muchos han descuidado últimamente.
Defendiendo la libertad y la democracia como inseparables, Serrat destacó que “la democracia debe ser para todos, y no solo para aquellos que comparten nuestras opiniones”. Recordando las palabras del político español Manuel Azaña, Lis subrayó que “la libertad no siempre hace felices a los hombres, pero sí los convierte en humanos”.
El artista expresó su descontento con el estado del mundo actual, criticándolo por ser “hostil, contaminado e injusto” y manifestó su preocupación por el mal camino que está tomando la sociedad. “Estamos siendo testigos de brutalidades indescriptibles, como el genocidio diario del pueblo palestino, mientras que los países que proclaman ser defensores de la paz y la libertad no hacen lo suficiente”, declaró Serrat, quien también mostró su preocupación por la falta de acción frente a la crisis climática, que él considera provocada por la avaricia humana.
“No puedo aceptar un mundo donde la corrupción se normaliza. Es inaceptable que aquellos que se lucran de manera ilícita sean apartados de la sociedad solo de forma temporal y sin que se les restituyan los daños causados”, argumentó el cantautor de manera contundente.
Serrat también dirigió su crítica hacia Europa, manifestando su decepción por el hecho de que lo que solía ser un bastión de los valores ilustrados se está convirtiendo en un “mercadillo” que se aleja de los principios de justicia y fraternidad.
Concluyendo su intervención, citó a San Agustín: "Sin justicia, ¿qué son los reinos sino una gran banda de ladrones?". A pesar de su pesimismo sobre la realidad actual, Serrat se propuso mantener una perspectiva optimista, aunque admitió que últimamente le ha resultado difícil encontrar “ropa de optimista” que le quede bien.
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