Agricultores de Andalucía celebran las lluvias, pero alertan sobre daños a cultivos y demoras en la cosecha y siembra.

SEVILLA, 18 de marzo. Las entidades agrarias Asaja y COAG han ofrecido sus impresiones sobre las recientes lluvias en Andalucía, subrayando el incremento en los niveles de almacenamiento de los embalses, que ya se acercan al 50% de su capacidad. Sin embargo, han señalado que estas precipitaciones están causando estragos en algunos cultivos, como hortalizas y fresas, y han provocado demoras en la cosecha y la siembra de varios productos.
En declaraciones a Europa Press, Félix García de Leyaristy, director general de Asaja-Andalucía, destacó que, a pesar de los efectos beneficiosos de las lluvias continuas desde principios de mes en los embalses, los cultivos como las hortalizas han sufrido serios contratiempos. En este sentido, advirtió sobre el riesgo de pudrición de las patatas debido al exceso de agua.
Señaló también inconvenientes en la recolección de cítricos, como las naranjas, y posibles problemas de polinización en los almendros. Además, mencionó retrasos en la siembra de garbanzos y una significativa disminución en la producción de fresas, que hará que el precio de las que logren sobrevivir se incrementen. Aun cuando estas lluvias benefician al cultivo de cereales, alertó sobre el riesgo de hongos y la necesidad de realizar tratamientos a los cultivos lo antes posible.
En términos generales, García de Leyaristy subrayó el aumento en las reservas hídricas de Andalucía, algo que resulta esencial tras años de sequía. Este incremento es positivo para la mayoría de los agricultores y ganaderos, aunque destacó los problemas específicos en ciertos cultivos. Hizo un llamado a que las precipitaciones den una pausa para poder normalizar la situación en el campo.
En este contexto, lamentó que las importantes lluvias no se hayan aprovechado plenamente, criticando a las administraciones por no haber tomado las medidas necesarias durante periodos de sequía para mejorar la capacidad de almacenamiento de agua en la región.
Desde la organización COAG también se emitieron comentarios sobre las lluvias, considerándolas en general como un beneficio para el sector agrícola, que ha visto mejoras en pastos, cultivos leñosos y reservas acuíferas. No obstante, advirtieron que las lluvias recientes han causado daños considerables en hortalizas y cereales, además de afectar caminos rurales en toda la comunidad.
Cada provincia ha experimentado consecuencias distintas debido a estas precipitaciones. En Sevilla, COAG reportó pérdidas en las campiñas y otras zonas, señalando que cultivos de secano como girasoles y garbanzos aún no han podido ser sembrados y algunas variedades de cereales están sufriendo por enfermedades fúngicas derivadas del exceso de humedad.
En el Bajo Guadalquivir, la situación es crítica, con cultivos que han sido significativos para la región como guisantes, que enfrentan problemas de enfermedades radiculares. Las lluvias intensas han hecho imposible el acceso de maquinaria y personal a los campos para realizar tareas de recolección y siembra.
El impacto de las lluvias también se ha dejado sentir en el cultivo de girasol, garbanzos y maíz, cuyas semillas corren el riesgo de pudrirse bajo el agua. Igualmente, se han registrado pérdidas en cultivos de habas y alcachofas, que se están deteriorando rápidamente.
Por otro lado, en Almería, las lluvias han comenzado a dañar cultivos de invernadero y al aire libre, como brócoli y melón, afectando su fase de polinización, lo que genera una preocupación adicional entre los agricultores de la zona.
En Huelva, los cultivos de frutos rojos están siendo severamente afectados por el agua acumulada con la elevación de precios que aún no compensan las pérdidas. Las inundaciones han hecho que muchos caminos rurales sean intransitables, complicando la situación para los cultivadores.
COAG también ha resaltado que en Granada la lluvia ha sido beneficiosa hasta el momento, sin evidentes daños. Sin embargo, la cautela se mantiene, ya que el exceso de humedad puede traer complicaciones a futuro, afectando a nuevas plantaciones.
En Cádiz, las zonas bajas cercanas a ríos han sufrido encharcamientos, mientras que en Málaga, aunque las lluvias han sido en su mayoría favorables, hay sectores que han reportado inundaciones en algunos cultivos de cítricos. En Córdoba, las inundaciones han dañado parcelas de olivos y naranjos, además de generar problemas en los cultivos de cereales y hortalizas.
Finalmente, en Jaén se considera que es prematuro hacer un análisis completo de los daños, aunque ya se registran afectaciones en caminos y carreteras debido al agua acumulada. A medida que avanza la situación, se seguirá monitoreando el impacto de las lluvias en el campo andaluz.
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