COAG advierte que la "uberización del olivar" perjudica a los agricultores y frena la llegada de nuevos talentos al campo.
SEVILLA 27 Nov.
En un evento reciente celebrado en Sevilla, Juan Luis Ávila, quien encabeza el sector olivarero de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), presentó un estudio titulado 'La Uberización del Olivar Español: Zoom en Andalucía'. En este informe, se pone de manifiesto que este fenómeno de uberización está afectando gravemente a los olivareros profesionales, limitando la entrada de nuevas generaciones al sector y comprometiendo el progreso de las áreas rurales, así como la lucha contra el cambio climático.
COAG, en su comunicado, destaca la situación particular del olivar en Andalucía, donde las provincias de Sevilla, Córdoba y Cádiz son especialmente vulnerables a este proceso. La organización subraya que la uberización ha sido un factor determinante en la notable disminución del número de explotaciones olivareras; en los últimos veinte años, se ha registrado una pérdida del 59% de las explotaciones, disminuyendo de 602.250 en 1999 a 247.318 en 2020, mientras que la producción de aceite de oliva ha aumentado un 65% en el mismo período.
Ávila explicó que “los fondos de inversión especulativos han puesto su mirada en el ‘oro líquido español’, acaparando las mejores tierras de regadío”. Esta situación está arrinconando a los olivareros profesionales, obstaculizando la llegada de jóvenes al campo, y poniendo en jaque el desarrollo del medio rural y los esfuerzos por enfrentar el cambio climático.
El estudio revela que las explotaciones olivareras han tenido que "optimizar sus recursos y adaptarse a los desafíos climáticos recientes". Aquellas que disponen de recursos hídricos han logrado mejorar su productividad de manera significativa. Sin embargo, la creciente valorización de las tierras con acceso al agua ha dado paso a un fenómeno de especulación que afecta, de manera crucial, a las pequeñas y medianas explotaciones, que se sienten incapaces de competir con grandes inversores.
En relación a este asunto, la COAG menciona al grupo Atitlan como uno de los pioneros en realizar inversiones en el sector del olivar a través de su marca Elaia. Además, el fondo de capital riesgo Beka & Bolschare Iberian Agribusiness ya ha establecido más de 1.500 hectáreas de plantaciones superintensivas en Portugal y Castilla-La Mancha, algunas de las cuales poseen certificación ecológica y una almazara propia.
El panorama de inversiones en este sector también incluye la compra de 300 hectáreas para la producción de almendras, pistachos y olivar en Murcia, realizada en abril de 2022 por la gestora de fondos SLM Partners a través de su fondo Silva Europe Fund, que cuenta con un capital de 250 millones de euros. Además, en 2023, Fiera Capital adquirió Innoliva, una empresa ya establecida con 8.000 hectáreas de olivar en Extremadura y el Alentejo, de las cuales 2.000 son ecológicas.
Ante estas circunstancias, COAG ha instado tanto al Gobierno central como al autonómico a “hacer una firme apuesta por un modelo de agricultura social y profesional”. “Defender a los pequeños y medianos olivareros profesionales es fundamental para garantizar la soberanía alimentaria, el desarrollo rural y la biodiversidad,” declaró Ávila.
El representante de COAG también advirtió que, “sin unas políticas claras que contrarresten la mercantilización del agua y que promuevan su carácter público y su distribución social equitativa; se estará dejando la puerta abierta a la uberización de la agricultura.”
Desde su posición, el secretario general de COAG Andalucía, Miguel López, comentó que “el modelo se encuentra en riesgo y es necesario contar con un mercado ordenado y precios coherentes”. Además, enfatizó que el aceite de oliva “es un producto clave para Andalucía y debe ser considerado una cuestión de Estado”.
En otro punto de la reunión, la viceconsejera de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural de la Junta, Consolación Vera, aportó datos que indican que Andalucía es “la comunidad con menos problemas de despoblación en sus áreas rurales”, promovida precisamente por el olivar. “Solo 26 pueblos en Andalucía carecen de olivar o lo tienen en forma residual. En más de 300 municipios, esta actividad es la principal fuente de ingresos”, detalló.
Finalmente, Vera destacó los esfuerzos de la Consejería, que está trabajando en el diseño de una primera estrategia específica para el olivar en Andalucía. “Es fundamental anticiparnos a los problemas; si somos los principales productores de aceite, debemos preocuparnos por mantener esa posición y seguir siendo un cultivo que fije a la población en el territorio”, concluyó.
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