La mayor laguna del espacio natural de Doñana, Santa Olalla, ha cerrado el verano prácticamente seca, lo cual ha sido alertado por un equipo de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Esta situación crítica se debe a una intensa sequía y la sobreexplotación del acuífero, lo que ha llevado a que Santa Olalla se seque dos años consecutivos, algo nunca antes registrado en los últimos 50 años, según la EBD-CSIC.
La laguna de Santa Olalla solía ser una de las pocas que mantenía agua durante todo el año en Doñana, lo cual beneficiaba a la biodiversidad acuática del lugar.
El verano de 2022 y 2023, la laguna se secó por completo al final del ciclo hidrológico anual, lo que generó una gran proliferación de algas filamentosas y fitoplancton, afectando negativamente a las especies animales presentes en Doñana.
Actualmente, la laguna se encuentra completamente seca, lo que imposibilita la toma de muestras de agua para su análisis, y evidencia la difícil situación por la que atraviesa Santa Olalla y otras lagunas del entorno.
El descenso del nivel freático del acuífero, la disminución de las precipitaciones en los últimos años y la presión humana directa han contribuido al deterioro de las lagunas de Doñana, afectando gravemente a la biodiversidad del lugar.
El impacto de esta situación se ha dejado sentir especialmente en la comunidad de anfibios y reptiles acuáticos de Doñana, que se encuentran en peligro debido a la pérdida de sus hábitats naturales.
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