
En los primeros meses de este año, Sevilla se ha convertido en el epicentro de una preocupante ola de mortalidad relacionada con temperaturas extremas, siendo responsable de aproximadamente el 40% de las muertes en Andalucía debido al calor.
Desde mayo hasta julio, la comunidad andaluza ha registrado un total de 111 fallecimientos atribuidos a las altas temperaturas, y Sevilla, con sus 106 municipios, ha sido particularmente afectada, contabilizando 65 de estas muertes. Esto equivale a un alarmante 58% del total de muertes en la región.
Un reciente informe del Observatorio de Salud y Cambio Climático, al cual ha tenido acceso Europa Press, revela que el 14 de julio se llevó a cabo una reunión crucial entre la Agencia Estatal de Meteorología y el Instituto de Salud Carlos III. El objetivo era recopilar información mediante el Sistema de Monitorización de la Mortalidad diario, analizando el periodo crítico que comenzó el 16 de mayo y continúa hasta la fecha.
En un contexto más amplio, los decesos en Sevilla representan un 5% del total nacional, que asciende a 1180 víctimas mortales por el calor. Las estadísticas indican un incremento significativo en las temperaturas promedio, así como una mortalidad relacionada con las olas de calor sin precedentes, según lo ha señalado el Ministerio de Sanidad.
Este alarmante aumento de muertes coincide con los comentarios de Rocío López, portavoz de los residentes de Torreblanca, quien destacó durante el pleno del 17 de julio que las altas temperaturas están enlazadas con los recurrentes fallos en el suministro eléctrico, afirmando que durante las olas de calor su comunidad ha estado hasta doce horas sin luz y criticando la falta de mantenimiento en las calles.
Además, durante un pleno extraordinario, se debatió la posibilidad de convertir los centros deportivos de la ciudad en "refugios climáticos". Antonio Muñoz, del PSOE, enfatizó que estos espacios estaban cerrados y sus empleados no estaban al tanto de las medidas especiales. Por su parte, el alcalde José Luis Sanz, del PP, defendió el plan implementado y se comprometió a investigar si hubo problemas concretos.
La Universidad de Sevilla también aportó su análisis en un estudio publicado el 25 de mayo, que identifica las áreas más afectadas por el calor en la ciudad. Según los investigadores, las periferias densamente urbanizadas, como Polígono Sur, Los Pajaritos y Torreblanca, son las más vulnerables.
Con una población actual de 687.488 habitantes, Sevilla cuenta con 103 fuentes públicas, que se amplían a 168 si se incluyen aquellas en parques y jardines, lo que se traduce en una fuente por cada 4092 habitantes.
Al comparar estos números con otras grandes ciudades españolas, la situación se torna más preocupante. Madrid, por ejemplo, tiene 2.197 fuentes para una población de 3,5 millones (una por cada 1500 habitantes), mientras que Barcelona y Valencia presentan cifras aún más favorables. Esta disparidad subraya las deficiencias en infraestructuras de la capital andaluza.
El Instituto Nacional de Estadística reveló en mayo que Zaragoza ha superado a Sevilla en términos de población, y también en cantidad de fuentes públicas, lo que significa que la ciudad aragonesa tiene más alternativas para enfrentar las altas temperaturas.
Por último, un análisis del mapa de fuentes públicas de Emasesa, la empresa responsable de abastecimiento y saneamiento en Sevilla, revela una notable falta de fuentes en las zonas periféricas, evidenciado por la escasez de instalaciones en distritos como Cerro-Amate y la ausencia total en áreas como Polígono Sur y San Jerónimo.
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