
SEVILLA, 31 de agosto. La Federación Andaluza de Venta Ambulante, en colaboración con la Asociación de Vendedores Ambulantes de Jaén, ha dado a conocer que el sector se halla en un proceso de recuperación moderada en comparación con el año 2024, luego de enfrentar un periodo complicado caracterizado por la competencia de formatos comerciales alternativos, el crecimiento del comercio online y los efectos negativos de la crisis inflacionaria. También resalta la influencia del turismo playero en esta mejoría.
Antonio Figueroa, portavoz de la Asociación de Vendedores Ambulantes de Jaén y miembro de la mencionada federación, ha compartido esta información en una entrevista con Europa Press. Ha destacado que Sevilla y Málaga se perfilan en 2025 como las provincias andaluzas con el mayor número de comerciantes ambulantes. Este fenómeno se debe a factores como la densidad poblacional y la tradición de mercadillos en la capital andaluza, así como al fuerte dinamismo turístico de la Costa del Sol.
Figueroa ha observando que el volumen de vendedores y la afluencia de clientes se mantienen, aunque existen variaciones significativas entre provincias. Las zonas turísticas han visto un alza en el número de compradores durante el verano, mientras que el interior ha experimentado descensos debido a las altas temperaturas.
El portavoz también ha mencionado que la actividad de venta ambulante en Andalucía sigue siendo muy estacional, con una mayor afluencia en primavera, verano y otoño, períodos que coinciden con festividades locales y un clima favorable que atrae al turismo. Sin embargo, en invierno, la presencia de compradores disminuye, salvo en ocasiones especiales como la Navidad.
Figueroa también ha señalado uno de los principales desafíos del sector: el lento relevo generacional. La mayoría de los vendedores tienen una larga trayectoria, y la entrada de jóvenes al ámbito de la venta ambulante sigue siendo limitada.
Adicionalmente, ha subrayado que diversas administraciones locales han endurecido las normativas sobre licencias y la gestión de los mercadillos, lo que, según la federación, ejerce más presión sobre quienes buscan iniciar o mantener sus negocios.
Desde un punto de vista económico, Figueroa ha advertido que los vendedores ambulantes enfrentan costos comparables a los de un comercio minorista con local fijado. En ciertas localidades, la tasa por ocupar la vía pública incluso puede superar el alquiler de un establecimiento, además de los gastos adicionales como combustible, transporte, mantenimiento y renovación de vehículos debido al desgaste.
A pesar de estas adversidades, Figueroa ha reiterado que el sector del comercio ambulante sigue desempeñando un papel clave en la dinamización económica y social de las comunidades. “Este tipo de comercio no solo genera empleo y fomenta el autoempleo, sino que también ofrece productos a precios accesibles y revitaliza barrios y plazas, reforzando la identidad cultural de nuestras ciudades”, enfatizó, destacando que el contacto humano y la experiencia de visitar un mercadillo son ventajas que las plataformas digitales no pueden igualar.
Entre los mercadillos más emblemáticos, la federación destacó el del Charco de la Pava en Sevilla, reconocido como un referente regional por su tamaño y popularidad. En Jaén, el mercadillo de Úbeda se distingue por la variedad y calidad de sus productos y su eficiente gestión municipal.
Los mercadillos de Fuengirola (Málaga) y Jerez de la Frontera (Cádiz) también destacan por su amplia oferta, consolidándose como importantes focos comerciales en la Costa del Sol y la Bahía de Cádiz.
Figueroa afirmó que el turismo juega un papel fundamental, especialmente en provincias como Málaga, Cádiz, Huelva y Almería, donde los mercadillos complementan la experiencia de ocio playero. “Durante el verano, muchos turistas optan por estos espacios para adquirir productos locales, lo que potencia aún más su atractivo turístico”, añadió.
A pesar de que la federación ha detectado una leve disminución en el número de vendedores en años recientes, principalmente debido a la complejidad de la normativa y los costos de operación, han insistido en que el comercio ambulante sigue siendo crucial para la economía andaluza.
Desde la federación se ha indicado que el futuro del sector depende de su capacidad para adaptarse a los cambios sociales y tecnológicos, sin perder su esencia. "Las personas valoran el contacto humano y la oportunidad de encontrar artículos únicos a buen precio, algo que ninguna plataforma digital puede ofrecer”, concluyó Figueroa.
Finalmente, la Federación Andaluza ha enfatizado que el comercio ambulante está regulado por un decreto andaluz que establece las normativas sobre licencias, horarios y ordenación de mercadillos, buscando así un equilibrio entre la actividad económica, la protección del consumidor y la convivencia ciudadana.
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