El Tribunal Supremo ha ratificado la condena de más de cuatro años de cárcel para tres individuos acusados de introducir clandestinamente cerca de una tonelada de hachís escondida en garrafas de gasolina hasta las costas de Almería en marzo de 2021. En ese momento, los tripulantes del barco pesquero implicado fueron sorprendidos por la Vigilancia Aduanera.
La máxima instancia judicial ha desestimado el recurso de casación presentado por las defensas de los acusados, confirmando las penas de cuatro años y medio de prisión para dos de ellos, y de cuatro años y cuatro meses para el tercero, quien admitió su participación en el delito y tenía antecedentes por actividades similares.
En un documento reciente, al que tuvo acceso Europa Press, el tribunal respalda la decisión inicial de la Audiencia Provincial de Almería y su competencia para llevar a cabo el juicio, considerando que la embarcación --propiedad de uno de los condenados-- partió desde las costas de Almería con los otros dos implicados a bordo.
Según las pruebas presentadas, alrededor de las 23:00 horas del 9 de marzo de 2021, un helicóptero de la Vigilancia Aduanera detectó una embarcación sin luces tripulada por dos de los acusados, que transportaban hachís oculto entre garrafas de gasolina.
Posteriormente, la patrullera 'Alca' localizó la embarcación alrededor de la 1:30 horas, a unas 28 millas al este de la isla de Alborán, dando inicio a un seguimiento discreto del pesquero, que navegaba sin luces. Finalmente, a las 2:45 horas, la patrullera detuvo al barco con señales luminosas y acústicas.
Ante la presión de las autoridades, los acusados intentaron escapar arrojando al mar unos 47 bultos que contenían gasolina y hachís. No fue hasta deshacerse de la droga que decidieron detener la embarcación.
Los agentes incautaron un total de 930,7 kilos de hachís, con un valor en el mercado negro de más de 1,8 millones de euros, encontrando además 14 garrafas de gasolina dentro de la embarcación que no fueron desechadas en el mar.
La embarcación estaba atracada en el puerto de Almerimar, en El Ejido, y los acusados partieron de allí la tarde anterior con el consentimiento del propietario, quien conocía el propósito del viaje y facilitó las llaves y el encendido de la lancha.
En el juicio, uno de los acusados admitió su participación e incluso proporcionó información sobre otras personas involucradas en la operación. A pesar de recibir una reducción de la pena por confesar, se consideró su reincidencia y la gran cantidad de droga intervenida para aumentar la condena.
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